Los incidentes del Te Deum evangélico del domingo recién pasado siguen provocando repercusiones políticas.
Y es que la molestia de la presidenta Michelle Bachelet tras el emplazamiento del pastor y candidato a diputado por Chile Vamos, Eduardo Duran Salinas, quien cuestionó en la oportunidad que que “movimientos minoritarios” hayan logrado instalar “una agenda que ni siquiera cuenta con el respaldo de la mayoría de la ciudadanía”, provocó un rechazo transversal en todos los sectores, incluso en la propia cúpula de la Iglesia Evangélica. De hecho, el presidente de la Mesa Ampliada de Entidades Evangélicas UNE – Chile, obispo Emiliano Soto, señaló en su momento a CNN Chile que “nos sorprendió que Eduardo Durán Salinas fuera incluido dentro del programa, llegó ese día e hizo este planteamiento que nos sorprendió a todos. Nadie sabía, sólo sabían quienes son parte de la iglesia local”.
Y cuando las aguas parecían aquietarse producto del anuncio del propio obipo Soto de enviar una carta de desagravio a la presidenta Bachelet, además de las disculpas públicas del capellan evangélico de La Moneda, Eduardo Cid, durante la ceremonia conmemorativa del 11 de Septiembre, el conflicto escaló a otro nivel.
Este miercoles, el Concilio de Iglesias Evangélicas, en una rueda de prensa ofrecida en dependencias de la Catedral Evangélica de Santiago, apoyó el discurso expresado en el Te Deum y confirmaron su quiebre en las relaciones con el Gobierno, “debido a la instrumentalización política que La Moneda estaría realizando a través de algunos funcionarios”.
El director de comunicaciones del concilio, Cristian Nieto, mostró la molestia del pueblo evangélico sobre el tema sosteniendo que “basta de decirnos que somos unos canutos fanáticos” y respondieron cada uno de los emplazamientos formulados desde el propio Gobierno.
“No nos parece justo que una ministra de Estado (la vocera Paula Narvaez) diga que nosotros hemos sido irrespetuosos con la Presidenta. Eso no es verdad (…) Una cosa distinta es que a la Presidenta no le hayan gustado los aplausos (a Piñera), eso no lo podemos manejar” señalaron.
“Estamos en un enfriamiento que no buscamos, que no queremos, pero que nos han acorralado por intentar poner en nosotros cosas que no hemos dicho y que no hemos hecho”, insistió Nieto.
Pero también se refirieron a las reacciones de los fieles apostados fuera de la Catedral Evangélica que acusaron a la mandataria de “asesina” por promover la Ley de Aborto en 3 Causales: “Nosotros no podemos hacernos cargo de los estados emocionales de las personas, por lo menos de los que estaban afuera”.
La organización dijo además que precisamente las personas que gritaron contra Bachelet estaban afuera porque se les impidió el ingreso a la actividad y que, la persona que se manifestó contra la Presidenta al interior de la catedral, fue retirada en el acto del Te Deum.
“Si lo que le molesta al gobierno son las críticas, que todo el mundo sabe que tenemos postura frente a temas valóricos, si se nos pide que seamos obsecuentes para ser acogidos, no lo seremos”, plantearon.