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Víctimas de abusos sexuales acusan a obispos de eludir cambios en la iglesia

Dos víctimas de abusos sexuales cometidos por religiosos en Chile acusaron el miércoles a los obispos del país de eludir reformas en la institución desde que estalló el escándalo y afirmaron que la cúpula de la iglesia local no ha aprendido nada de la crisis.

Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo, dos de las víctimas más notorias en el escándalo de abusos que entregaron hace unos meses su testimonio al Papa Francisco en Roma, dijeron que el pontífice también había tardado en reaccionar a las denuncias.

Cruz dijo que los líderes de Iglesia Católica en Chile, varios de los cuales están bajo investigación criminal por presunto encubrimiento de abusos, no han cumplido con la promesa de reformar la institución.

“Lo que nosotros tenemos en Chile es una verdadera banda de obispos delincuentes”, dijo. “Después de ver al Papa, después de todo lo que nos ha pasado (…) no aprenden nada”, añadió.

Representantes de la iglesia dijeron que no emitirían comentarios sobre el tema.

La iglesia chilena quedó envuelta en el escándalo tras una visita del Papa en enero del año pasado, cuando se reavivaron una serie de acusaciones de abusos por parte de religiosos que ahora están siendo indagadas por fiscales locales.

Tras haber desestimado las denuncias en un principio, el Papa decidió reunirse con los obispos en Roma luego de que una investigación del Vaticano determinó que se produjeron “graves negligencias” en las pesquisas sobre abusos de religiosos a menores.

El Papa ha aceptado la renuncia de siete obispos chilenos. La Conferencia Episcopal chilena prometió reforzar sus medidas de protección a menores y colaborar con la justicia en las investigaciones.

Pero el controvertido arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, permanece en su cargo a pesar de las denuncias de encubrimiento. Varios de sus colaboradores cercanos también siguen en sus puestos.

Cruz y Murillo, ambos víctimas del religioso Fernando Karadima -expulsado de la iglesia por el Vaticano- han llamado a la iglesia chilena a implementar una reforma drástica.

Murillo sostiene que “más mujeres y trabajadores laicos de la iglesia” deberían convertirse en obispos en Chile.

Cruz, en tanto, afirmó que cree en los esfuerzos del Papa por develar los encubrimientos de los casos.

“Pienso que cuando el Papa me pidió perdón era sincero y creo que está intentando con todo su corazón (responder) (…) pero no con la rapidez que merecen la gravedad de estos asuntos”, sostuvo.

“El Papa necesita ayuda y gente que lo apoye. Pero lo que me ha impactado a mí es el numero de personas remando en su contra en su entorno en la iglesia. El Papa está muy solo”, agregó.

Reuters