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Música clásica, la receta de un pueblo chileno para desconectar de la crisis

Las Semanas Musicales de Frutillar, un pueblo de ensueño en la región de Los Lagos de Chile, encaran su edición número 52 en un momento convulso para el país austral. Por ello, sus organizadores invitan a hacer un paréntesis con la ayuda de la música clásica en un entorno natural sin igual.

Es el evento de música docta por antonomasia y, desde su creación en 1968, no ha dejado de crecer: las Semanas Musicales de Frutillar de 2020 tendrán casi medio centenar de conciertos y recitales repartidos entre el 27 de enero y el 5 de febrero, principalmente en la localidad a orillas del lago Llanquihue.

Sin embargo, se recuerdan pocas ediciones en un contexto social similar, con multitudinarias protestas por todo el país en el marco de un estallido social sin precedentes desde el retorno a la democracia en 1990.

“Queremos ofrecer un momento de reflexión, diversión, paz y tranquilidad para reencontrarnos como chilenos”, explicó a Efe la presidenta de la Corporación Cultural de las Semanas Musicales, Harriet Eeles.

Así, el festival quiere ofrecer, mediante la música y en un paraje espectacular con vistas al volcán Osorno, en una de las regiones más bonitas de Chile, una “vía de escape” a la tensión que vive Chile desde el pasado 18 de octubre.

“La música es eso: un lenguaje universal que une a las personas y permite llegar a un nivel de entendimiento superior. Y Frutillar lo ofrece en un entorno maravilloso, con la mejor música por parte de grandes agrupaciones y música de cámara de primer nivel”, aseguró Eeeles.

LAS MEJORES BATUTAS CHILENAS

Los encargados de llenar el pueblo de música van desde la ya habitual Banda Sinfónica de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) hasta la recién incorporada Orquesta Sinfónica Municipal de Copiapó, además de recitales de la mano de intérpretes de Eslovenia, Brasil, Argentina o Polonia.

La directora de la Orquesta de Cámara del Teatro Municipal de Santiago, Alejandra Urrutia, confesó que “el simple hecho de estar en un concierto de música clásica, aunque no se conozca el repertorio, ya eleva el espíritu humano”.

En su primera participación en Frutillar, los músicos bajo la batuta de Urrutia empezarán con obras de Mendelssohn, Nielsen y Brahms el jueves 30 de enero y ofrecerán un programa “mucho más intenso” el día siguiente, con melodías de Respighi, Bianchi y Suk.

“Creo profundamente que la música puede transformar a las personas”, afirmó a Efe la directora, quien celebró poder formar parte del evento para “reflexionar y entrar en un estado mental mucho más apto para la creatividad y las artes”.

Por su parte, el maestro de la Banda Sinfónica de la FACh, Fabrizzio De-Negri, hará sonar las primeras notas con el concierto inaugural del 27 de enero, que “será muy especial” porque “acercará varios lenguajes musicales a distintos públicos”.

La agrupación, nacida en 1979, da inicio al evento desde 1982, por lo que está unida a las Semanas Musicales desde su génesis.

En paralelo, la ‘Big Band’ de la FACh, la “banda bonita y más cercana a la gente”, según su director Manuel Miranda, tocará desde jazz a música popular, pasando por bandas sonoras como la de ‘Misión imposible’ o ‘Los Increíbles’, en algunos de los denominados “conciertos de extensión” fuera de Frutillar.

Además, ambas van a tener un recuerdo especial para los 38 desaparecidos en el avión militar que se dirigía a Antártida el pasado 9 de diciembre.

LA MÚSICA, UN POLO DE ATRACCIÓN

Frutillar fue distinguido en 2018 por la Unesco como “Ciudad Creativa de la Música”, una de las muestras de cómo el festival ha sido un motor de crecimiento y reconocimiento los últimos 50 años.

“El pueblo no existía en el mapa, y gracias a la tradición musical ha sido un polo de atracción para personas que quieren disfrutar de la música, la naturaleza y la calidez de la gente del sur”, sostuvo la presidenta de las Semanas Musicales, Harriet Eeles.

También subrayó el movimiento financiero que ha generado el acontecimiento en la gastronomía y el turismo de la “ciudad de la música”.

Pero más allá del emblemático Teatro del Lago de Frutillar, que ha sido descrito como “el teatro internacional más austral del mundo”, el evento quiere descentralizarse y llegar a más personas y de distintos orígenes.

Por eso, se han programado 23 conciertos gratuitos entre el 21 de enero y el 5 de febrero en la región de Los Lagos, la región de Los Ríos y la Metropolitana.

En la misma línea, hay previstos cuatro conciertos en centros hospitalarios y la participación de comunidades de pueblos indígenas en tres sesiones.

MÁS DE MEDIO SIGLO DE VIRTUOSISMO

A las puertas de una nueva edición, las Semanas Musicales echan la vista atrás y recuerdan los motivos de su nacimiento, que no distan mucho de los de este año.

Fueron los colones alemanes y austrohúngaros, que habían llegado para colonizar la zona en el siglo XIX, quienes empezaron a utilizar la música para encontrar un momento de paz y evadirse de los duros trabajos en el campo.

“Desde entonces, la semilla fue creciendo en cada edición y los espacios quedaban pequeños”, recordó la directora del evento.

Ahora, 52 años después, el país ha cambiado mucho, pero la función reparadora de la música sigue intacta.