Pasadas las 7 de la mañana, alrededor de 120 manifestantes ingresaron a la Casa Central de la Universidad Católica y se tomaron las dependencias del lugar. El objetivo de la manifestación es exigirle al Rector de la institución, Ignacio Sánchez, que se tomen medidas en contra de los múltiples casos de abuso ocurridos en la institución.
El recinto ubicado en la Alameda con Portugal amaneció con cadenas en las puertas, con mobiliario en las entradas y con lienzos que hacen alusión a la toma feminista establecida por las estudiantes de la casa de estudios. Desde el año 1967 que este establecimiento no era tomado a la fuerza por un grupo de manifestantes.
Desde la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica se realizó un llamado al diálogo, “a evitar la represión en contra de las compañeras manifestantes y a intentar llegar a un acuerdo que logre reactivar el funcionamiento normal de la universidad, siempre y cuando, se escuchen las demandas realizadas por las estudiantes”.