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Revista alemana Der Spiegel despide a periodista que inventó historias durante años

La revista semanal “Der Spiegel”, el buque insignia del periodismo alemán, tiene un problema grave con uno de sus periodistas estrella, Claas Relotius, de 33 años de edad: en numerosos reportajes inventó testimonios, historias y personajes. La revista abrió una investigación e hizo público el caso.

“Cada palabra y cada cifra”

“En verdad me desconcertó”, dice el periodista Stefan Niggemeier, que ha trabajado también para “Der Spiegel”. Un escándalo así en una revista como “Focus” o el tabloide “Bild”, no habría sorprendido tanto a Niggemeier, quien agrega que “no hubiera creído que al departamento de documentación de Der Spiegel se le pasaran personajes ficticios en sus historias”.

En “Der Spiegel”, 60 empleados del departamento de documentación revisan todos los textos escritos por sus autores. Comprueban la veracidad de cada palabra y cada cifra. “Así me pasó a mí “, dice Niggemeier y añade, “cuando te llaman y repasan contigo el texto, palabra por palabra y preguntan de dónde procede esta cifra y quién dijo eso, no es siempre agradable”. Antes de pasar ese examen tan detallado, todos los textos del “Der Spiegel” son leídos, al menos, por un jefe de departamento y otro de redacción, por personal del departamento de edición y del departamento legal. Ninguna empresa mediática alemana invierte tanto esfuerzo como “Der Spiegel”.

“El 99,99 trabaja de manera impecable”

Sin embargo, en el caso de Relotius, ese sistema de control fracasó totalmente. “No se puede comprobar qué hay detrás de las historias que ha escrito esta persona”, dice Frank Überall, presidente de la Asociación de Periodistas Alemanes (DJV). “No se puede simplemente llamar a una joven entrevistada en Siria e investigar si ha hablado de verdad con “Der Spiegel”, asegura Überall. “Hay que confiar en el hecho de que todos trabajan respetando el código profesional y no van a violarlo”.

Se habla de un caso aislado. “Aquí se trata de una sola persona que falló. El 99,99% de los colegas siempre trabajan de manera impecable”, subraya Überall. Hay que tener cuidado, “de que no se juzgue ahora a todos los periodistas”, matiza.

La historia perfecta

Sin embargo, Niggemeier cree que hay un problema más profundo. “No es casualidad que las historias de Claas Relotius recibieran un aluvión de premios, precisamente porque, en apariencia, tenían el formato apropiado sobre temas complejos que suceden en el mundo, condensados y resumidos en pequeños episodios humanos. Esto no tiene por qué ser negativo, pero sí es un problema cómo el periodismo alaba su trabajo”.

Este hecho pudo haber llevado a Claas Relotius a escribir la historia “perfecta” una y otra vez, aunque no se correspondiese con la realidad.

La reportera de DW Sandra Petersmann conoce esa situación. Ella viaja a países, como Afganistán o Irak. Recientemente, informó sobre el terrorismo islamista en el sur de Filipinas. “Yo tampoco me habría sentido bien viajando a Filipinas y regresando con las manos vacías”, dice Petersmann. “Se tiene una idea clara en mente de lo que deseas llevar a cabo en el lugar, pero si la situación es completamente diferente de lo que pensabas, entonces tienes que mostrarla tal como es, en todas sus variantes”. Puede que no sea la historia del siglo, pero sí una historia auténtica y vivida de verdad.

La manera en la que “Der Spiegel” ha manejado hasta ahora el caso echa por los suelos las acusaciones de “prensa mentirosa”, opina Niggemeier, “porque la redacción está intentado revisar el caso públicamente”. Niggemeier continúa diciendo que si “Der Spiegel” maneja bien el asunto, entonces es poco probable que se destruya la confianza depositada en la marca “Der Spiegel” o incluso en el periodismo en general.