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Balance tercera jornada: La noche que revivió el monstruo a costa de Jani Dueñas

Siempre se dice que Viña puede ser un escenario completamente impredecible y que ninguna noche es igual a la otra. Bajo ese paradigma, y aunque muchos a estas alturas afirman que el “Monstruo” de la Quinta Vergara no es más que un mito de épocas pasadas, de cuando en cuando la leyenda cobra vida, sobretodo cuando se trata de los humoristas. La última víctima había resultado ser el experimentado humorista nacional Ricardo Meruane, e incluso no fueron pocos los que afirmaban en ese momento que el llamado formato del chiste corto o del cuentachistes era algo casi en peligro de extinción. Pero resulta que este martes la víctima tuvo nombre de mujer: Jani Dueñas.

Suena contradictorio que una mujer que viene de ostentar el Top 10 de la revista Time (una de las publicaciones más prestigiosas del mundo) entre los mejores exponentes del stand up comedy, fracase de esta manera, y aún peor, no haya un atisbo siquiera de autocrítica. Veamos: independiente del formato, Viña no es un café concert, no es ningún bar en el barrio bohemio de turno, ni menos un especial condensado de Comedy Central, es el escenario más importante del país y uno de los más respetados de América Latina. Por lo tanto, es fundamental un ritmo ágil, una historia con un hilo conductor claro y sobretodo, tener claro que no es lo mismo contar historias en primera persona que ponerte en el centro de todo (primero yo, segundo yo, tercero yo, y por último yo). La idea es tocar historias, hechos que efectivamente nos sucedan a todos desde una óptica divertida, a veces ácida, cierto, pero cuando haces una introducción tan larga como tediosa, usas y abusas del feminismo como caballito de batalla (como si todos los hombres fueramos mísoginos por naturaleza), mandas palos hasta a la producción del certamen porque supuestamente no salen en tu defensa ante la chifladera generalizada del público y además en la conferencia de prensa post show tienes la desfachatez de afirmar “con todo el respeto al Festival, a este desafío que me salió mal, mi vida no depende de esto“, cabe preguntarse entonces a qué viniste a la Quinta Vergara.

Jani Dueñas no sólo revivió sin proponerselo al temido “Monstruo” del Festival, y lo más lamentable es que pasó sin pena ni gloria, al punto que por primera vez en años no se entrega ningún premio a artista alguno del show. Ni siquiera habiendo sacado 36,9 puntos promedio de rating con un peak de 43 puntos hay una explicación razonable para semejante fracaso.

Lamentable, no puede definirse de otra forma.

Marc Anthony: valió la pena esperar

Casi con puntualidad británica y haciendo gala de un repertorio probado, el show de Marc Anthony sencillamente tuvo gusto a poco, no sólo porque es un tremendo artista, sino porque su show duró poco más de una hora, algo extraño para un show de calidad como el del salsera puertorriqueño.

Gustó tanto, que sencillamente sus éxitos fueron uno tras otro y todos fueron coreados por una Quinta Vergara completamente repleta a más no poder.

El salsero se convirtió de inmediato en lo más visto de la jornada con 39 puntos con un peak de 44, se llevó Gaviota de Plata y de Oro y una ovación cerrada por parte del público. Es más, no faltaron los que empezaron a pedir Gaviota de Platino, pero sin resultado alguno.

David Bisbal: la evolución de un gran artista

Parece mentira que el oriundo de Almería (España) haya actuado por última vez en Viña hace 15 años, porque de sólo ver el contacto que tiene con el público chileno, pareciera que los años no pasan por David Bisbal. Hizo gala de sus canciones más reconocidas desde los años de Operación Triunfo hasta su más reciente sencillo grabado a duo con el colombiano Sebastian Yatra, “A Partir de Hoy”.

Dueño de un gran registro, Bisbal no tardó mucho en ratificar su éxito en Viña, y se llevó Gaviota de Plata y de Oro tras haber llenado de calor una Quinta Vergara repleta en medio de una fria noche que simplemente anuncia que el verano de a poco empieza a concluir. Y eso que aún queda Festival…